El poder político, católico o no, ni puede obligar a abrazar la fe religiosa que no gusta, ni puede impedir abrazar y profesar una fe que gusta” SS. Juan Pablo I

Jesus, un Rebelde en la Historia

Jesús de Nazaret tal y como expresa mi hermano Rubén, es uno de los rebeldes de la historia. Esta afirmación que a muchos les parecería arriesgada es sencilla de explicar: el Mensaje de Jesús en sí, es revolucionario. En el Evangelio de Lucas, en el interrogatorio ante Pilatos, le gritan tratando de acusarle: “Este solivianta al pueblo enseñando por todo el país empezando en Galilea”. Jesús está por un cambio, no puede dejar las cosas como están, porque el mundo que él vivía era injusto igual que el nuestro ahora: unos vivían muy bien a costa de otros que lo estaban pasando mal. Para muchos lo más cómodo es seguir como siempre sin cambiar nada, es la actitud que nos piden: “Mi hijo, las cosas siempre han sido así, no intentes ir contra la corriente”. Jesús por su parte, no puede quedarse impasible, mirando para otro lado, al ver las masas arrastrándose por la pobreza y la miseria. “Se me conmueven las entraña al ver a esta gente” dice en el evangelio de Marcos. La indiferencia, del otro lado se queda con los brazos cruzados, no hace nada ante el dolor ajeno.

Soliviantar significa mover el ánimo de la gente para inducirle a adoptar una actitud rebelde u hostil en orden a cambiar el orden público y moral, dice el Diccionario de Lengua. La manera de soliviantar no es violenta, es “enseñando”. La enseñanza es una forma de subvertir el orden establecido: poner las cosas al revés. Jesús no estaba de acuerdo con la escala de valores de aquella sociedad que no es muy distinta de la nuestra de ahora. Para él lo de arriba lo pone abajo. Lo que consideramos como perdido es lo que vale, lo que todo el mundo estima que es bueno, no es tan bueno. Lo que se tiene por poder es debilidad. Siempre prevalece la vida sobre la muerte, la verdad sobre la mentira, la libertad sobre la dependencia. Y siempre el amor por encima de todo.

Las parábolas son un ejemplo claro de la rebeldía de Jesús ante el orden establecido en su tiempo. En ellas generalmente aparecen dos grupos de personas: la gente respetable y la gente insignificante, los don nadie, los inmigrantes, los trabajadores, los enfermos, las mujeres, los que no figuran en esta sociedad, ni en la sociedad de su tiempo. Hacen patente que lo que tendría que ser lo normal en la vida, es lo “raro”. Presentan la vida tal y como es y por otra parte la vida tal y como tendría que ser o como podría ser. ¿Es normal que el hijo que dilapidó toda la fortuna de su padre y viviendo desenfrenadamente le organicen una fiesta por todo lo alto cuando vuelve a casa? Este es el hijo perdido. Jesús pone la vida al revés. Tiene preferencia por los perdidos. Jesús hace fiesta, se alegra, por la vuelta de su hijo que “estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y se le ha encontrado”. Igual le pasa con la oveja perdida: “felicítenme, he encontrado la oveja que se me había perdido”.

“Los últimos serán los primeros”. Los más necesitados de todo, de comida, de aprecio social y humano, a los que no se les reconoce sus derechos, los analfabetos, los que no tienen dignidad, esos, los pobres, los que tienen hambre, los que desprecia casi todo el mundo, los últimos, esos son los primeros para Jesús, es una inversión radical de los valores y de la situación establecida. Jesús corta por lo sano y lo dice a la clara: “El que quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Jesús es tipo raro, un hombre extraño, que todo lo saca de quicio.

Su predicación fue en Galilea. Jesús, para realizar su misión, no se fue a la capital, Jerusalén. Todo lo contrario. Jesús se fue a una región lejana, habitada por humildes campesinos y pescadores pobres. Gentes que además resultaban sospechosas. Esto significa que la primera decisión importante que tomó Jesús, fue irse a vivir y a desarrollar su actividad, a predicar su mensaje, en la región de los pobres y de las gentes que, en aquel tiempo, eran consideradas como una población que carecía de influencia, que no vivía en la abundancia y que, para colmo, tenía mala fama.

¿A quien se le ocurre decir que para ser feliz es necesario ser pobre? “Felices los que eligen ser pobres, porque van a tener a Dios por rey” No es más feliz el que tiene más, no es más valorado el que tiene tanto vales cuanto tienes sino, según Jesús, el que es capaz de compartir y no acumular. Eso es lo que Jesús nos pide hoy, que nos identifiquemos con los pobres y humildes del mundo, los cuales son excluidos de los sistemas tradicionales actuales. ¿No era un Rebelde Jesús, entonces?

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2 thoughts on “Jesus, un Rebelde en la Historia

  1. Toda la razon Jesus vino a romper paradigmas y lo hizo con tanta gracia , soltura y entrega que Murio por nosotros!!!Solo vino a preducar Amor y todavia es una controversia!!!

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