Así no, Por Favor

Con el reciente escándalo provocado por los regidores del Ayuntamiento de mi municipio San Cristóbal al elevarse el sueldo de manera arbitraria, no se hace otra cosa que agrandar el estado de desconfianza, de desprecio y hasta de indignación que estamos sintiendo muchos ciudadanos frente a la política. Los escándalos de corrupción de uno y otro lado, el nepotismo, las falsas promesas, el “quitate tu pa’ponerme yo”, y todo lo que nos tienen acostumbrados nuestros políticos, redunda en la actitud del pueblo frente a los “líderes” políticos locales.

La experiencia colectiva nuestra, es que todas las siglas partidarias encubren la misma política reinante en el poder, el lucro y el privilegio. Todas han hecho de la política un negocio, un negociazo diríamos mejor. La economía crece, pero también crece la desigualdad. Con los otros había “boroneo”, pero tampoco el pueblo compartía el beneficio del supuesto bienestar creado.

Es por eso que en un año electoral, debemos empezar a analizar detenidamente las opciones electorales para poder realizar una elección diáfana, sincera y que por sobre todas las cosas beneficie al país. La política no es mala. Alguien ha dicho ya que la política está muerta. Lo que está muerto es el actual sistema de cosas, está muerto para las sociedades que quieren vivir humanamente y construir un futuro participativo, democrático, humanizador, sin todas estas desigualdades que claman al cielo.

Nuestro país cada día se enrumba por un camino incierto, debido a que nosotros los ciudadanos no exigimos de nuestras autoridades que respondan por sus actos en el manejo del estado. Debemos exigirle una verdadera política a nuestros políticos, que entiendan que el poder reside en las manos de las masas populares, no en las élites encumbradas en sus penthouses y apartamentos en “Romana”, y que no ven la miseria a que ha estado sometido este pueblo a través de los mas de 40 años de gobiernos ineptos y corruptos.

Tenemos que “soñar andando”, los ciudadanos que no tenemos partido, debemos hacer política, debemos convocarnos, hombres, mujeres, jóvenes, adultos, todos comprometidos con la causa de lograr una mayor responsabilidad en nuestros representantes. Pena y vergüenza da que los regidores alcen su mano para votar por un aumento oneroso y desvergonzado.

Luchemos, pues por una mayor pulcritud en la administración del estado, busquemos participar en las tomas de decisiones y hagámosles saber a las autoridades que estamos prestos para hacerles responder por sus actos con responsabilidad. Si no es así, que Dios nos agarre confesados.