Tumbemos a Leonel

15 días hacen ya del funesto golpe de estado perpetrado en Honduras, contra el presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales, y las reacciones internacionales que han condenado el acto han acallado ya sus voces. La Iglesia de Honduras, dividida al parecer también sobre el tema ha dejado ver en el cardenal Oscar Rodriguez Madariaga que está a favor del golpe, aunque la diócesis de occidente ha reiterado el apoyo al presidente Zelaya. Una idea si está clara ya en la mente de todos, y es que el golpe, ya bien por acostumbramiento o ya por injerencia, está ganando puntos de legitimidad. Ya el el presidente Zelaya tiene que “negociar” con los que rompieron el orden constitucional, y no creo que veamos un episodio, como aquel de 1994 cuando una “Fuerza de Paz” restituyó al depuesto Jean Bertrand Aristide luego de un golpe de estado similar.

La principal acusación de los que iniciaron el golpe de estado, es la supuesta violación a la constitución hondureña cometida por el presidente Zelaya. Una justificación que no dura mas que una cucaracha en un gallinero, pues en todos los países democráticos, el que viola las leyes debe ir a la cárcel, no al exilio. El motivo real, es el miedo de la oligarquía de Honduras a lo que pudo resultar de la consulta popular que se iba a realizar. Con una constitución que da grandes ventajas a los pocos ricos, empresarios y oligarcas del país, el fantasma del cambio les molestó, y tomaron la decisión que siempre han esgrimido las oligarquías en america latina: suprimir el poder del pueblo, levantando su “interés en la democracia”, tal y como lo hicieron en Chile, en Venezuela, en República Dominicana, y en todos nuestros países.

En realidad, parece que el tema de la violación de la constitución es válido ahora para quitar gobiernos cuando nos parezca. Por eso, y por la violación que significa el que Radhames Segura y Hector Rodríguez Pimentel sigan siendo funcionarios, por la violación de las leyes del país al asignar obras sin concurso, por la podredumbre que corroe al gobierno dominicano y por no cumplir con lo que juró hacer cumplir el 16 de Agosto, tumbemos a Leonel. Si, veamos a ver si es bueno, si aqui damos nuestro golpe, para ver que tanto la reacción y la derecha nacional apoyan el golpe. Que dirá Julio Martinez Pozo y cuantos defiende a diario el golpe en Honduras ?

Tumbemos el gobierno e instauremos una democracia real, en donde la palabra de los empresarios sea tan válida como la de la señora que vive al lado del río, en donde no solamente unos pocos se beneficien del crecimiento, en donde no veamos más que gente que antes daba estos discursos, hoy son oligarcas de la mas rancia categoría.

Si la violación a las leyes de parte del ejecutivo trae como consecuencia un golpe de estado, ya es hora de que tengamos el nuestro, tumbemos a Leonel y empezemos a dar ejemplo de lo que un pueblo soberano debe hacer. Honduras no quedará en el olvido, aunque todas las fuerzas del imperialismo y la oligarquía se unan y traigan sangre a nuestros pueblos, No pasarán !!!