Acerca de Mí
BloggerUn joven que Intenta ser una persona que vive sus ideales profundamente. Amante de la naturaleza, la tecnología, la diversidad,
El pasado lunes un fenómeno de masas conmovió a gran parte de país, teniendo repercusiones incluso fuera de la República Dominicana. Un grupo de organizaciones no partidistas que venían protestando por el derecho a obtener, en el presupuesto de la nación, el 4% del PIB destinado por la ley 66-97 de educación en su artículo 197, organizaron lo que se llamó el “Lunes Amarillo” en reclamo de que fuera cumplida esa ley.
El hecho de que un movimiento que nació fuera de cualquier partido político, haya podido mover a una gran parte importante del país, nos da un indicador de que el pueblo dominicano como sociedad avanza a pasos firmes hacia una comprensión de su rol como ente importante en la solución de los problemas que le aquejan. Atrás irán quedando los días de gomas quemadas y protestas violentas para dar paso a un nuevo estilo de protestar. La cementera de los Haitises fue el primer round ganado. Hoy, esperamos que la lucha por el 4% sea un peldaño más para seguir afianzando la responsabilidad que debemos tomar en mejorar cada día nuestra sociedad.
El “Lunes Amarillo” me dió esperanzas de que no todo está perdido, de que el dominicano cada día va tomando conciencia de su papel como miembro de la sociedad. Aunque este año no se logre el anhelado 4%, habremos obtenido una victoria importante. La victoria que nos hará mas fuertes de cara a futuras reinvindicaciones. Ya ellos saben que una parte de los dominicanos no queremos ser tratados como borregos. No podrán llevarnos al despeñadero sin escuchar al menos nuestra queja. Ellos lo saben, y ahora deben buscar la manera de entenderse con esa masa “no partidista” que se vistió de amarillo para protestar.
La lección la tienen aprendida. Salieron en todas las esquinas del globo terráqueo, dando a conocer la doble moral de un presidente que va a la cumbre iberoamericana de jefes de estado a hablar de educación, pero que no es capaz de hacer cumplir una ley que su primer gobierno aprobó. Antes se manejaban como chivos sin ley, ya tienen quien les haga frente.
